La palabra dirección proviene del verbo dirigere;
este se forma a su vez del prefijo di, intensivo, y regere: regir, gobernar.
La Dirección es aquel
elemento de la Administración en el que se logra la realización efectiva de
todo lo planeado por medio de la
autoridad del administrador, ejercida a base de decisiones, ya sea tomadas
directamente o delegando dicha autoridad, y se vigila de manera simultánea que se cumplan en la forma adecuada todas las
ordenes emitidas.
Se
trata de obtener los resultados que se harían previsto y planeado, y para los
que se había organizado e integrado,
pero existen dos estratos sustancialmente distintos para obtener estos
resultados:
a) En
el nivel de ejecución (obrero, empleado y aún técnico) se trata de “hacer”,
“ejecutar”, llevarlo a cabo aquellas acciones que serían productivas.
b) En
el nivel de administrativo, o sea el de todo aquel que es jefe, y precisamente
en cuanto lo es, se trata de “dirigir”, no de “ejecutar”. El jefe, en cuanto
total, no ejecuta, si no hace que otros ejecuten. No obstante, tiene su “hacer
propio”, que consiste precisamente en dirigir.
La dirección es la parte
esencial y central de la administración,
a la cual se deben subordinar y ordenar todos los demás elementos.
Su importancia en la
razón de su carácter:
·
Otra razón de su importancia radica en que
este elemento de la administración es el más real y humano.
· Aquí se tiene que ver en todos los casos “con hombres concretos”, a
diferencia de los aspectos de la parte
mecánica, en que se trataba más bien con
relaciones, con “El cómo debían ser las cosas”.
Esta es la etapa de
mayor imprevisibilidad, rapidez y si cabe la expresión explosividad, donde un
pequeño error, puede ser a veces difícilmente reparable.
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